esto y lo otro
lunes, 27 de abril de 2009
Un silencio prolongado.
Todavía tengo tu sabor en mis labios.
Aún puedo oler la dulzura de nuestro sudor, en la tarde caliente.
Fue bello el sol, ayer.
Ahora, he aquietado mi cuerpo.
Mi mente no deja de sonreir.
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