sábado, 4 de abril de 2009

la rueda gira. todo se repite.

la casa es la casa es la casa. (¿por qué ahora solo suena en mi alma esa bobada de gertrude stein, de diferentes formas - con otras palabras?).

la casa es la casa es la casa - ¡ay!


siempre hay un lugar del que nunca partimos - un útero tibio y seguro, por fuera del cual solo existe el llanto.

pero ahora - no hay caso - estamos vivos. (¡al menos eso parece!). vivos y en el mundo; en la intemperie dolorosa de la realidad (arde la piel - siempre como en carne viva).

aquí, entre nosotros, un recuerdo del pasado siempre esta ligado a un acto del presente y una consecuencia del futuro.

todo amarrado. circular.

como una rueda.


todo aquí.


la rueda gira, repito, y en cada giro todo se repite.

igual.

hofstadter, a quien leo por estos dias - un buen regalo de hace un año - lo ilustra con bellas laminas de escher, lo ambienta con música de bach.

pero, en lugar de las eternas bandas de möbius, (ocultas tras escaleras y lagartos) que el viejo douglas usa para hablar de esto-y-lo-otro, yo (que tengo las manos cansadas de tanto apretar, como bola de nieve en sus tristes, tristes canciones) veo el infinito representado en los ojos en los que alguna vez traté de buscar mi felicidad.


mi propio escher, dibujo, con un montón de ojos ausentes que se funden en movimiento circular hasta armar una rueda-que-gira-todo-se-repite.

se diluyen unos entre otros, brillantes de llanto como pájaros negros y blancos que comparten límites y terminan perdiéndolos.

se sobreponen.

son uno solo; un ojo enorme, banda infinita que he construido con todos mis recuerdos y esperanzas, con todo mi pasado-presente-futuro.


Es mi ojo del amor infinito; que hoy llora nostálgico, como esta ciudad intemperie-carne-viva, siempre tan ojo que llora, tan rueda-que-gira-todo-se-repite.



casa (al fin y al cabo).

casa.


casa que llora - de donde nunca hemos partido.

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