domingo, 30 de mayo de 2010

Viento

Lo primero es moverse.
Aunque carece de forma, el viento mueve todo lo que tiene forma; y a través del movimiento de todo lo que tiene forma se percibe.
Al sentirlo, todo empieza a estremecerse por simpatía.
Alzan su voz hasta los agujeros más pequeños del cielo y de la tierra: los bambús, el agua, los quicios de las puertas lo acompañan con sus voces.
El polvo se arremolina, se agitan los árboles, tiemblan las casas y hasta los cables de la luz se ponen a vibrar.
El cielo y la tierra están envueltos en el viento.

Haruchika Noguchi (1964)

viernes, 28 de mayo de 2010

edificio imaginario no. 3

Desde el principio se ha asumido como una representación del mundo, y precisamente por eso, este edificio contiene un completo mostrario de la contradicción.
No es tan evidente como para reproducir el símbolo oriental del camino - aquella figura total que, subdividiendo un círculo, da cuenta de todas las polaridades del universo. Sin embargo, y como los antiguos bestiarios, incluye un catálogo infinito de minúsculas oposiciones que terminan por convertirse en una única y sólida construcción.
Lo áspero y lo liso, lo liviano y lo pesado, lo oscuro y lo iluminado, son solo algunas de las ideas presentes en este edificio. Algunas, digo, porque en él tienden a converger todas las diferencias, a operar juntas y a lograr, de en su infinita complejidad, la armonía.
El edificio sincrético es en realidad el edificio perfecto. Como una Babel ampliada, más que las lenguas, todo lo que es humano está presente en él. Y precisamente por ello, es el único edificio capaz de estar en todo.

miércoles, 5 de mayo de 2010

Hacia lo ideal, un paso tras otro,
y otro paso más.

La vida es divertida
y hasta el sufrimiento resulta placentero.


Lo nuevo paulatinamente se marchita,
los jóvenes envejecen día a día.


Si no ha dado sustento a su belleza,
si no posee algo que vivifique su vejez,
el hombre se extingue y desaparece.

Haruchika Noguchi (1964)