viernes, 28 de mayo de 2010

edificio imaginario no. 3

Desde el principio se ha asumido como una representación del mundo, y precisamente por eso, este edificio contiene un completo mostrario de la contradicción.
No es tan evidente como para reproducir el símbolo oriental del camino - aquella figura total que, subdividiendo un círculo, da cuenta de todas las polaridades del universo. Sin embargo, y como los antiguos bestiarios, incluye un catálogo infinito de minúsculas oposiciones que terminan por convertirse en una única y sólida construcción.
Lo áspero y lo liso, lo liviano y lo pesado, lo oscuro y lo iluminado, son solo algunas de las ideas presentes en este edificio. Algunas, digo, porque en él tienden a converger todas las diferencias, a operar juntas y a lograr, de en su infinita complejidad, la armonía.
El edificio sincrético es en realidad el edificio perfecto. Como una Babel ampliada, más que las lenguas, todo lo que es humano está presente en él. Y precisamente por ello, es el único edificio capaz de estar en todo.

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