Es imposible descifrarlo, básicamente porque no hay un único número que sirva para redondear este edificio.
Su construcción ha consistido, desde el principio y todo el tiempo, en la adición de soluciones parciales para problemas puntuales, y en consecuencia no tiene una forma que se pueda comparar con algo conocido.
Sin tipo, sin lugar, las reglas que lo rigen son tantas, los cruces entre ellas tan intrincados, que es díficil identificarlas. La complejidad en sí misma - ¡mágico principio, infinito patrón! - obra como aglutinante mágico, supliendo la falta de norma.
En las laderas de las ciudades más pobres, y entre las aglomeraciones más primitivas; entre el comercio informal y las alucinaciones más elevadas de los utópicos; en el caos y la violencia y el orden mudo de aquello que no entendemos de la naturaleza; en todo ello podriamos trazar los orígenes de este monstruo, literalmente acéfalo y al mismo tiempo rugiente, a través de las mil bocas de sus mil cabezas.
Ni firme, ni útil, ni bella, su arquitectura no es para este tiempo, ni para los pobres seres que actualmente producen y malviven en lo que tristemente lleva ese nombre; tampoco es para quienes únicamente le pueden poner límites, siendo ellos mismos limitados.
Porque es cierto que la mayoría ha de temer a este extraño engendro, que por lo anárquico solo puede ser despreciado por quienes requieren del orden para saciar un temor ancestral al infinito. La agorafobia del primer ser vertical, la angustia del espacio abierto por fuera de la corta visión del cuadrúpedo y la aversión a lo abstracto descrita por Worringer, inciden en el poco éxito que tiene esta arquitectura entre los más.
Pero, queridos amigos, el edificio imaginario número 2 es promesa, y por ello realidad. Entre las almas más sanas y las mentes más fuertes empieza a aparecer como el único edificio posible; aquel capaz de hablar en idioma conocido, de saciar la sed particular de este tiempo.
Sí, hablo de ese tipo de obra. Una que es pura configuración, únicamente relación.
De ese edificio hablo...
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