domingo, 6 de septiembre de 2009


“Se puede decir que la figura del arquitecto, desde siempre, lleva consigo mismo aquella dosis de dureza y de cinismo que le permite ejercitar su arte, realista por definición, sin andarse con demasiadas sutilezas, con suficiente sentido práctico o artístico desapego para conseguir trabajar incluso en situaciones, llamémoslo así, incómodas.”

- Grassi, Giorgio, La Arquitectura como Oficio y Otros Escritos, Editorial Gustavo Gili, Barcelona. 1.980, pg. 101

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