Alguna vez, en su más tierna infancia, la pequeña Dolores se perdió en un centro comercial.
Durante algunos minutos sufrió y lloró aterrada.
Al ver a su madre, que sonreía aliviada por haberla encontrado pronto, pero aún temblaba del miedo que le produjo sentir que había perdido a su hija, la niña gritó en medio de un llanto furioso:
"¿Cómo te pudiste olvidar de mí? ¿Cómo pudiste estar sin mí, que soy parte tuya?"
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